FRAGATA PORTUGUESA (PHYSALIA PHYSALIS)
Por Elías Gomis
fotos por
José Benito Ruiz Limiñana
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Aunque la podemos conocer como una medusa, realmente es un hidrozoo, compuesto por una colonia de pólipos de diferente especialización para sus funciones vitales.
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La parte emergida es una especie de flotador (pneumatóforo) de color violeta-azul relleno de gas que le sirve también de vela para desplazarse con el viento. Tiene forma alargada y ronda los 30 cm.
De aquí cuelgan muchos finos tentáculos (llamados dactilozooides) que pueden llegar a medir más de 30 m, siendo lo habitual unos 12 m. Son estos apéndices los que le sirven para atrapar a sus presas y donde se encuentra su peligroso veneno.
La Fragata Portuguesa (también conocida como Carabela Portuguesa y Aguaviva) es una especie pelágica, que prefiere aguas marinas cálidas. Típicamente aparece en las aguas más templadas del Océano Atlántico, desplazándose ayudada por las corrientes marinas y los vientos.
No obstante, se están produciendo observaciones de esta especie fuera de su zona habitual de distribución. En el Cantábrico aparecen ejemplares a finales de Julio. En las costas españolas mediterráneas es muy ocasional, siendo los ejemplares detectados probablemente procedentes del Atlántico y más frecuentes cuanto más al Oeste.
El aumento de estas apariciones puede estar relacionado con el aumento de las temperaturas de las aguas marinas.
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El veneno que porta esta especie es muy potente, con sustancias neurotóxicas, citotóxicas y cardiotóxicas. Además son muy numerosos los puntos por los que puede “picar” por lo que hay que tener especial precaución. La picadura es tremendamente dolorosa y, en casos especiales, puede llegar a provocar un shock anafiláctico y la muerte.
En cualquier caso, la picadura es de dolor intensísimo y provoca lesiones similares a quemaduras.
Hay que extremar las precauciones si hay posibilidad de que la Fragata Portuguesa esté presente en alguna zona de baño. Si aparece varada en la orilla hay que evitar que la gente se acerque a ella (especialmente los niños) y avisar para que sea retirada por personal especializado.
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Ante la picadura de una medusa (sea de la especie que sea) notaremos inmediatamente dolor y picor y debemos acudir a los servicios de socorrismo inmediatamente, sin frotarnos la zona afectada.
Esto es especialmente urgente e importante en niños, personas mayores y mujeres embarazadas, así como en otros grupos de riesgo ante reacciones alérgicas o cardiacas.
Otras especies con las que hay tener cuidado en las costas españolas son la Pelagia noctiluca (bastante abundante), la Aurelia aurita y la Chrysaora hysoscella. Hay que prestar especial atención a la señalización de las playas. Si hay presencia de estos animales, se habrán izado las banderas amarillas o rojas. Casi siempre van acompañadas de otra bandera, de color blanco y con una o dos medusas dibujadas.
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En estos casos, no debemos entrar en el agua, ni siquiera coger un poco con un cubo, ya que pueden haber partes de estos animales que pasarían desapercibidos por su diminuto tamaño y color transparente pero que pueden ser portadores de los elementos urticantes.
Evidentemente, esto ha de extremarse ante la presencia de la Fragata Portuguesa por su mayor peligrosidad.
Más información:
http://www.mma.es/secciones/acm/aguas_marinas_litoral/camp_medusas/preguntas_frecuentes.htm
Fotos: José B. Ruiz
Textos: Elías Gomis.
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Junio 2010.
Artículo disponible en www.naturalicante.com
Fotos ©José B. Ruiz. Prohibida la reproducción.