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ALGUNOS
DESCUBRIMIENTOS ZOOLÓGICOS
RECIENTES
Dr. Fidel José Fernández
y Fernández-Arroyo.
PARTE
III - sección a
Capítulo aparte merecen las “resurrecciones” de especies
que se creían extinguidas, o de las que prácticamente
no había datos fiables desde hacía docenas de
años; sirvan como ejemplos, aparte de algunos ya citados,
animales tan distintos como los siguientes:
La misteriosa culebrera-azor o águila
de las serpientes ( Eutriorchis astur )
de Madagascar, de la que no se supo casi nada (a pesar de
distintas expediciones realizadas en su búsqueda)
durante más de cincuenta años (entre 1930-1935
y 1988, exceptuando cinco posibles observaciones realizadas
por un agente forestal entre 1964 y 1977), no fue fotografiado
un ejemplar vivo hasta 1994 (capturado en una red, y luego
liberado), y no se consiguió encontrar un nido hasta
1997 ( Del Hoyo et al., 1994; The Peregrine Fund, 1997, 1998;
Thorstrom , 2001; WWGBP, 1994).
El takahe o calamón
takahe ( Porphyrio
mantelli ) de Nueva Zelanda, incapaz de volar, que es
el mayor (con mucho) de los calamones actuales (de hecho,
es el mayor de todos los rálidos del mundo, pues como
media supera en tamaño a la focha gigante de Sudamérica),
se creyó extinguido hacia 1930, y fue redescubierto
en 1948 ( Del Hoyo et al., 1996). [A más de cinco
mil kilómetros de allí, en las islas Marquesas,
existió un calamón parecido, el Porphyrio
paepae , descrito a partir de huesos viejos, pero que
al parecer fue exterminado en el siglo XX, antes de que ningún
ejemplar vivo pudiera ser examinado para la ciencia ( Raynal
et al., 2001)]. [Otro gran calamón insular, el calamón
sultán blanco ( Porphyrio albus ), fue exterminado
en el siglo XIX, en la isla de Lord Howe (a 480 km de la
costa este de Australia), aunque aún se conservan
dos ejemplares disecados. Por extraño que resulte,
este calamón era blanco, como su nombre indica ( Del
Hoyo et al., 2002)].
El turón de patas negras ( Mustela
nigripes ) de Norteamérica, que se dio por exterminado
y fue redescubierto dos veces. En 1964, después de
varias décadas sin encontrar ningún ejemplar
en las praderas donde fue tan frecuente, se descubrió en
Dakota del Sur una población que había sobrevivido,
y que fue objeto de un programa de recuperación, a
pesar de lo cual terminó desapareciendo también
(se extinguió en estado salvaje hacia 1974, aunque
el último ejemplar murió cautivo en 1979).
Sorpren-dentemente, en 1981, cuando todo parecía perdido
para este mustélido, el perro de un granjero mató un
ejemplar en Wyoming; lo cual dio origen al hallazgo de una
nueva y última población, que desapareció en
estado silvestre cinco años más tarde (en 1986);
pero cuyos descendientes cautivos han permitido emprender
un importante programa de recuperación y de reintroducción
en la naturaleza (donde ya se han reproducido de nuevo),
que también está ayudando a recuperar el ecosistema
de las praderas y otras especies que lo habitaban (ver Delibes
, 2001; Vargas , 1993; Vargas y Miller , 1993).
La célebre paloma rosada de Mauricio ( Nesoenas
mayeri ), que se creyó extinguida hasta que en
1986 fue encontrada una pequeña población superviviente
en la isla. Poco después estuvo a punto de desaparecer
realmente, pero el desarrollo de un complicado proyecto de
salvamento ha conseguido una cierta recuperación de
la especie ( Del Hoyo et al., 1997; Durrell , 1991; Valledor
de Lozoya , 2002).
Un intrigante pato asiático, el tarro crestado ( Tadorna
cristata ), de cuya vida no se sabe prácticamente
nada, y cuya distribución original tampoco se conoce
bien. Durante mucho tiempo se creyó que el último
individuo fue un ave cogida en diciembre de 1916, en Corea.
Sorprendentemente, fueron citados dos ejemplares en marzo
de 1943, un macho y dos hembras en mayo de 1964, dos machos
y cuatro hembras en marzo de 1971, y algún ave en
el sur de China en diciembre de1990. También ha habido
extensas exploraciones sin éxito. En la actualidad,
no está claro si la especie está extinguida
o no ( Del Hoyo et al., 1992, 2002).
Un pato de Madagascar, el porrón
malgache ( Aythya
innotata ), cuyo caso es sin duda extremo, pues no se
supo nada de él desde que fue vista por última
vez una pareja en 1970, hasta que un macho (¿quizás
el último superviviente?) fue capturado vivo en octubre
de 1991 ( Del Hoyo et al., 1992; Schuurman , 2000).
La polluela negra malgache ( Amaurornis
olivieri ), misteriosa ave también endémica
de Madagascar, con sólo un nido registrado hasta ahora,
que dejó de verse (aunque fue buscada) después
de 1962 y durante más de treinta años, pero
de la que se han producido observaciones recientes (al menos
en 1995 y en 1999) ( Del Hoyo et al., 1996; Schuurman , 2000).
La gallineta de Zapata o gallinuela
de Santo Tomás ( Cyanolimnas cerverai ),
en la Ciénaga de Zapata (Cuba), que no fue descubierta
hasta 1926-1927. Después de 1931, no hubo más
registros de esta escon-dediza ave hasta la década
de los setenta, y apenas hubo noticias en la década
siguiente; por lo que la especie se consideraba prácticamente
extinguida (o casi), hasta su redescubrimiento por una expedición
patrocinada por SEO/BirdLife en 1995. Por cierto, es tan
difícil ver a este rálido, que no se ha conseguido
fotografiarlo ni filmarlo desde hace docenas de años,
y la mayor parte de las citas recientes corresponde a las
escuchas realizadas. (Anónimo, 1999; Del Hoyo et al.,
1996; Sánchez y Valledor de Lozoya , 2002). [También
fueron descubiertas en 1926-27, y asimismo en la famosa Ciénaga
de Zapata, otras aves endémicas de Cuba, la fermina ( Ferminia
cerverai ) y el cabrerito de la ciénaga ( Torreornis
inexpectata ) ( Sánchez y Valledor de Lozoya
, 2002)].
El cocodrilo siamés ( Crocodylus
siamensis ), del sudeste asiático, que se creía
extinguido en estado salvaje desde 1990. Sin embargo, recientemente,
en los bosques de Thai Myanmar (Tailandia), un equipo de
investigadores de la Wildlife Conservation Society (WCS)
colocó 41 cámaras fotográficas dirigidas
por control remoto para estudiar los tigres, y una de tales
cámaras captó por casualidad la imagen de este
magnífico cocodrilo; además, el mismo equipo
conservacionista localizó las huellas de otro gran
ejemplar cerca de allí. Otros dos núcleos supervivientes
de la especie han sido descubiertos hace muy poco, en Laos
y en Camboya ( Arias , 2001).
Una soberbia ave de Filipinas, el cálao
grande de Panay ( Aceros waldeni ); tan
difícil
de ver, que fue descrito en 1877 y no fue citado de nuevo
hasta unos ochenta años después; y que parece
estar en peligro crítico de extinción. ( Del
Hoyo et al., 2001; Vesilind , 2002). También en Filipinas,
un pequeño mamífero comedor de lombrices, el ratón
hocicudo del Isarog ( Rhynchomys isarogensis ),
fue redescubierto en 1988 ( Vesilind , 2002).
El lémur manso de nariz ancha ( Hapa-lemur
simus ), redescubierto en los bosques malgaches en 1972,
después de casi un siglo sin noticias suyas.
El saltarín de cabeza dorada ( Pipra
vilasboasi ), curioso pájaro de la Amazonia brasileña
descubierto en 1957, y del que no se volvió a saber
nada –aunque se organizaron expediciones en su búsqueda-
hasta el año 2002 (ver Quercus, 2002d).
El mochuelo de Blewitt ( Athene blewitti ),
en la India, del que no hubo citas seguras (exceptuando algunas
noticias erróneas o dudosas) durante más de un
siglo (a pesar de todas las prospecciones realizadas en distintas áreas),
desde la última captura en 1884 hasta que dos aves fueron
filmadas en noviembre de 1997 ( Del Hoyo et al., 1999; King
y Rasmussen , 1998).
El autillo de Seychelles ( Otus insularis ),
descubierto en 1880 y declarado extinto en 1958 (después
de medio siglo, aproximadamente, sin más noticias de
esta rapaz nocturna que un ejemplar colectado en 1940), que
irónicamente fue redescubierto muy poco después
(en 1959/1960); aunque nadie –que sepamos- consiguió encontrar
un nido antes de 1999, y no fue fotografiado un pollo hasta
el año 2000 ( Currie , 2000; Del Hoyo et al., 1999).
Un pato de la zona de Nueva Zelanda, la cerceta
maorí de
Campbell ( Anas aucklandica nesiotis ,
según algunos Anas nesiotis ), que no vuela,
se creyó extinguida, y fue redescubierta en 1975 (
Del Hoyo et al., 1992).
El talégalo de Waigeo ( Aepypodius
bruijnii ), cerca de Nueva Guinea. En el año
2001, fue localizado un ejemplar vivo de esta notable ave,
de la que no se tenían noticias en los últimos
63 años (si exceptuamos una cita dudosa en 1986),
a pesar de todas las expediciones realizadas (ver Del Hoyo
et al., 1994; Biológica, 2001).
El tinamú de Kalinowski ( Nothoprocta
kalinowskii ), en el Perú. En abril de 2000,
fue escuchado un canto que debía de corresponder a
este tinamú, que no ha sido visto desde el año
1900 (ver Del Hoyo et al., 1992; SEO/BirdLife, 2001).